Los cuerpos vivientes, humanos o animales, irradian calor y energía. Esta energía es la fuerza vital propiamente dicha, y tiene tantos nombres como civilizaciones humanas han existido.
En La Huma Polinesios llamaron Mana a esta fuerza salutífera y los Indios Iroqueses de Norteamérica la conocieron como Orenda, Prana entre los Hindúes, Ruach entre los Hebreos, Baraka en los países Islámicos, Chi para los Chinos y Ki para los Japoneses. Y ésa es la raíz que aparece en la palabra Reiki.
Class= ‘colorVad’ Ki es una energía de tipo eléctrico que configura el organismo y determina su estado de salud. Cuando Ki se separa del organismo viviente la vida abandona a éste.
Pero Ki es también la fuerza vital esencial de la tierra, los planetas, las estrellas y los cielos. Todas estas fuentes de energía influyen sobre el Ki del cuerpo viviente. Es la energía biomagnética del aura.
En Reiki, la persona que ha recibido los alineamientos o iniciaciones como terapeuta Reiki, tiene abiertos los canales de energía y despejadas las obstrucciones por efecto de dicha iniciación. En estas condiciones no sólo aumenta su capacidad de energía vital o Ki mejorando su propio estado, sino que además participa de la fuente universal.
Reiki no es una religión, es la fuente de la misma vida y muy anterior a cualquier sistema religioso o filosófico. Todos los seres vivos tienen Ki, pero los alineamientos Reiki conectan de una manera más directa con esa fuente inagotable.
Iniciación en el Reiki
Con su primera iniciación, el receptor se convierte en un canal de esta energía curativa universal. Desde el momento en que lo recibe hasta el término de sus días, todo lo que necesita hacer es posicionar las manos sobre sí mismo o sobre otro y la energía empezará a fluir automáticamente.
El alineamiento aumenta la energía vital, le aporta la curación y le confiere el poder de sanar a otras personas sin agotar las propias reservas. En los breves minutos que dura el procedimiento del alineamiento, la persona que recibe la energía Reiki se beneficia de un regalo que va a cambiar su vida para siempre y en sentido positivo desde cualquier punto de vista que se contemple.
Este proceso de iniciación diferencia al Reiki de cualquier otro sistema de curación por imposición de manos. El alineamiento no es una sesión terapéutica; es la creación de un terapeuta. Cada uno de estos alineamientos acentúa la potencia positiva de su capacidad para canalizar el Ki o, dicho de otro modo, Reiki es los alineamientos mismos que deben trasmitirse directamente de maestro/enseñante a discípulo. El proceso no es un sistema de curación Reiki, sino otra cosa diferente.
Una vez recibido los alineamientos iniciales, el terapeuta no tiene nada más que imponer ambas manos para curar, bien sea sobre la zona dolorida, o utilizando las posiciones manuales Reiki sobre el cuerpo completo. La energía Ki hace lo demás sin que intervenga la voluntad, y fluye a través de las manos del sanador. Este tal vez sepa cuál es la parte afectada y que necesita curación, o tal vez no, pero la energía tiene una inteligencia muy superior a la humana y se dirigirá a donde haga falta. El terapeuta se limita a posicionar manos en las distintas maneras que constituyen una sesión, y el Reiki hace lo demás.
Beneficios de tratamiento Reiki
Debido a estos aspectos complejos, es imposible predecir lo que ocurrirá durante una sesión. Lo único que podemos prometer es que Reiki beneficiará a quien lo experimente, pero no que la sesión de Reiki vaya a curar una dolencia determinada o, si a eso viene, ningún otro resultado concreto. Reiki alivia el dolor, acelera el proceso de la curación, detiene las hemorragias, relaja a la persona receptora y reequilibra sus chacras y su energía áurica. La respiración se vuelve más lenta durante la sesión, la tensión sanguínea disminuye y las emociones se sosiegan, todo lo demás depende de la divinidad o fuente de energía y no es predecible.
La función del sanador consiste sencillamente en canalizar la energía, y la receptora la utilizara en la manera más idónea según sus necesidades. La única regla del Reiki es que la persona receptora debe dar permiso para que el sanador proceda a la curación y una vez obtenido ese acuerdo previo, durante la sesión ocurrirá lo que deba de ocurrir.
Todo el mundo puede usar el tratamiento Reiki
Reiki es un método positivo sin excepción, y no perjudica a ningún ser vivo cualquiera que sea su estado o circunstancia, es válido para usarlo con cualquiera por muy joven, viejo o frágil que sea. Los ancianos, los bebes y los niños responden bien al tratamiento Reiki, lo mismo que los animales y las plantas.
Las posturas equilibran los hemisferios cerebrales derecho e izquierdo, armonizan todos los chacras y el campo energético. Depuran y aumentan el flujo de la fuerza vital Ki en el organismo animal y humano. Cuando alguien va a morir, Reiki ayuda a sobrellevar el proceso, pero no impedirá el tránsito de la persona o animal en su momento destinado, sí en cambio servirá de ayuda y consuelo a los seres queridos que lloran la pérdida.
Reiki no violenta el libre albedrio de nadie, si la persona se niega a recibir la energía el terapeuta nada más se puede hacer. Reiki puede usarse como único tratamiento o en conjunción con el tratamiento médico, puesto que no interviene con la medicación ni otros procedimientos a no ser en el sentido de conferirles mayor eficacia y mejorar el estado general del paciente.