¿Has oído hablar de las mandalas o del hexagrama? Quizás, pero puede que no conozcas su significado.
Se trata de unos dibujos geométricos que conservan energía, sus líneas, dibujadas en papel, crean un efecto psíquico en el espacio alrededor del dibujo e influenciarán el aura humana y los chacras de varias formas.
El hexagrama tiene su origen en la más remota antigüedad, habiendo sido usado por grupos esotéricos antiguos, sectas y ocultistas del pasado. En la ciencia de la radiónica, es considerado un gráfico altamente armonizador, así como unificador.
Al separar las figuras del gráfico podemos percibir dos triángulos, uno con el vértice hacia arriba y otro con el vértice hacia abajo. Podríamos decir que el triángulo vuelto hacia abajo representa la gracia divina vuelta hacia la tierra, y el otro, el hombre en busca de su realización Espiritual.
Este gráfico puede representar el chacra cardiaco, unificando los tres inferiores, elevándolos hacia los tres superiores. Los triángulos entrelazados manifiestan el potencial unificador y continuo.
Podemos utilizarlo para elevar la conciencia, armonizar los chacras, unificar los cuerpos sutiles, armonizar un ambiente que esté espiritualmente alterado, manifestar la voluntad del plano superior en el plano físico (y no la nuestra), ayudar en estudios profundos, agudizar nuestra intuición, buscar contacto con nuestro Yo Superior, envolvernos en protección espiritual, limpieza de ambientes destinados a la relajación y meditación, haciendo que permanezcamos más receptivos y un largo etcétera de aplicaciones.