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    chakra

    Chakra es una palabra sánscrita que significa rueda y hace referencia a siete centros energéticos situados en nuestro cuerpo que se encargan de regular la entrada y la salida de la energía.

     

    Los primeros en hablar de estos centros fueron los hinduistas, en dos antiguos Upanishad, fechados en torno al siglo II de nuestra era. El budismo tibetano también los nombra aproximadamente en la misma fecha. Hay otras tradiciones antiguas como la Kabbalah, el sufismo islámico y la medicina tradicional china que, aunque no se refieren a ellos con el nombre de chakra, también mencionan la presencia en el cuerpo de estos reguladores energéticos.

     

    Al igual que el oxígeno se distribuye por todo nuestro cuerpo a través de un sistema de canales que son los encargados de la circulación sanguínea, la energía de nuestro cuerpo es regulada por esta cadena de válvulas que componen los siete chakras.

     

    Para entender el funcionamiento de los chakras, pensemos que nuestro cuerpo es un tubo de luz formado por siete bombillitas y que cada una tiene una propia rueda moduladora de la intensidad de la luz que emite. Cada bombilla es de un color y si queremos que la luz que emita nuestra lámpara sea homogénea, necesitaremos que las ruedas que rigen la intensidad de la luz se encuentren más o menos en la misma posición.

     

    Nuestros chakras serían estas ruedas que van modulando la entrada y la salida de los diferentes tipos de energía en nuestro sistema telúrico, sexual, emocional, sentimental, expresivo, mental y espiritual. En función de cómo se encuentren nuestros chakras, nos manejaremos de una manera o de otra con estos tipos de energía.

     

    Debemos entender que forman parte de un sistema, por lo tanto, es probable que si uno de ellos se desequilibra el resto también se encuentren desequilibrados. Si uno no funciona obligará al siguiente a forzar su apertura o cierre y la energía no fluirá de manera armónica por ninguno de ellos.

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